Etapa 14 Amarante - Felgueiras
Introducción
Al (ca)Miño
Es agradable cruzar el puente sobre el río Támega de madrugada y pasar por delante del monasterio que aún está dormido. Esta etapa marca el viaje entre dos mundos. Atrás quedaron ya los vértigos del Duero, pero aún no hemos llegado a los horizontes transparentes del Miño.
La salida de Amarante transcurre por un medio urbano e industrial. En Golas, después del nicho de Nuestra Señora de Fátima, hay que recorrer parte de la antigua línea del ferrocarril del Támega, convertida en pista para bicicletas, pero vale la pena el camino que continúa hasta Telões. Aquí, es obligatoria la visita a la iglesia, uno de los templos más interesantes de la Ruta del Románico.
La segunda parte de la jornada comienza con la subida a A Lixa, principal centro urbano que se encuentra a lo largo de la etapa. Para llegar allí, van sucediéndose los viñedos y después un itinerario por el interior de la Quinta do Paço (quinta del palacio). En la ciudad, aproveche a aprovisionarse para lo que le queda de recorrido. El tramo siguiente pasa por varias localidades, pero el que más va a perdurar en el recuerdo es la calzada romana que precede a la entrada de S. Martinho de Caramos, uno de los más deslumbrantes santuarios barrocos de romería del Camino de Torres. Falta pasar por Moure y llegar a la plaza de A República de Felgueiras, pared medianera con la más antigua fábrica de Pão de Ló (especie de bizcocho) de Margaride.