El vetusto suelo que pisamos, entre dos antiguas capitales

En esta etapa se recorre parte del camino medieval que unía Guimarães (capital del Condado Portucalense) con Braga, la brillante Bracara Augusta, capital de la provincia romana de la Gallaecia y después del reino suevo.

La primera parada será en el puente románico de Roldes, escenario ideal para un descanso ante la fascinación causada por las límpidas aguas del río Selho. Entre Fermentões y Ribeira, el tramo es periurbano pero, al final, habrá que salir por densa zona boscosa que conduce al río Ave y al Parque da Ínsua. Cruce el puente romano de Caldas das Taipas y pare de nuevo al llegar a la Fonte dos Quatro Irmãos (fuente de los cuatro hermanos), uno de los más curiosos monumentos del Camino de Torres.

Prepárese para afrontar la dura subida a la sierra de la Falperra. Desde los horizontes de A Régua y de Mesão Frio, atrás ya, en la comarca del Duero, no hubo otra subida como esta. Las primeras pendientes del camino están en Lage y, desde ahí hasta el santuario de la Falperra, se suceden los empinados desniveles de calzada irregular. Si llovió durante la noche, es normal que encuentre partes intransitables, agravadas por el paso de vehículos motorizados. Al llegar a la cumbre, aún quedan por subir las escalinatas del santuario.

La bajada se hace por veredas paralelas a la carretera nacional EN 209. Si hace esta etapa en verano, o durante un fin de semana, es normal que encuentre ciclistas que le adelantarán a gran velocidad, por lo que debe extremar las precauciones. Después de pasar la iglesia de Santiago de Fraião ya estará en los límites urbanos de Braga, en la cual entrará por la antigua puerta de Santiago. Su destino es la catedral, principal monumento del Camino de Torres antes de la catedral compostelana.